El 20 de enero de 2020, Cristina Elena (Kikis), mi sobrina, cumplió 20 años. Kikis es la persona con autismo que, a los seis años, nos inspiró a crear Autismo en Voz Alta. Su sonrisa sentada en la playa, disfrutando su desayuno de cumpleaños, haciendo su propia marca de pulseras, vale más que mil palabras. Para ella toda mi gratitud, admiración y amor.
Kikis hizo la transición a adulto y ya no es una alumna en Autismo en Voz Alta. Sin embargo, nos sigue inspirando día a día. Kikis nos ha enseñado que la resiliencia, perseverancia y trabajo en equipo hacen posible lo que parece imposible. En nuestro caso, construir y funcionar, en Venezuela; una institución dedicada a darle la oportunidad y acceso a las personas con autismo a la educación a la que tienen derecho.
Mientras escribo este editorial no puedo sino sentir gratitud y orgullo por su legado.
Hoy el legado de Kikis es una institución que atiende anualmente a 106 niños y adolescentes con autismo y más de 400 familias a través de un programa psicoeducativo, terapias, entrenamiento y servicios de evaluación y diagnóstico. Una institución que provee apoyo financiero a más de 80% de sus alumnos, y que se ha convertido en un importante aliado de aquellos que responden a las necesidades de la comunidad de autismo en Venezuela.
En 2019 nos reinventamos y afrontamos los retos con agilidad y creatividad para dar respuesta a la profunda crisis humanitaria, política y económica que enfrenta nuestro país. Atendimos a 589 familias – 28% más que en 2018 – desarrollamos nuevas herramientas de entrenamiento y establecimos una alianza con la Universidad Metropolitana para desarrollar nuevos servicios e incrementar el número de personas que entrenamos y educamos en la atención del autismo. Estamos muy agradecidos con todos ustedes quienes han hecho esto posible a través de su apoyo y donaciones.
Empezamos el 2020 con esperanza, trabajando arduamente, implantando iniciativas adicionales operativas, organizacionales y financieras para alcanzar a un número creciente de la población con autismo, proteger el poder adquisitivo de nuestro personal, apoyar a las familias de nuestros estudiantes; a la vez que continuamos proveyendo nuestros servicios con los estándares e impacto que nos caracterizan.
Estamos comprometidos a hacerlo con el optimismo, alegría y orgullo de continuar creciendo y aprendiendo juntos, tal y como Kikis, sus amigos y sus familias nos han enseñado. El impacto que hemos tenido en nuestra comunidad, lo que hemos construido, lo que hemos logrado, nos da la motivación y fuerza para perseverar.
Estamos comprometidos a preservar Autismo en Voz Alta; un legado del cual podamos sentirnos todos muy orgullosos. El apoyo recurrente de nuestros donantes, patrocinantes y voluntarios lo hace posible. Si ya eres parte de Autismo en Voz Alta, GRACIAS, por hacerlo realidad. Si no lo eres, te invitamos a unirte.
Bienvenido 2020, Carpe Diem!