Cerramos el año 2021, el quinceavo desde nuestra fundación, y qué mejor ocasión que ésta para darle las GRACIAS a mi querida y admirada familia Autismo en Voz Alta.
¡Qué agradecida estoy de pertenecer a esta comunidad tan maravillosa!
Mi hija Cristina y todos aquellos que conviven con el autismo, nos enseñan todos los días que, en forma creativa, se descubren e identifican talentos, destrezas, habilidades, y que éstos se consolidan para que la persona sea autónoma e independiente. Sus logros y sus sonrisas son nuestra fuente de inspiración. Con ellos no hay barreras, solo hay retos y desafíos.
Al principio del 2020 nos tocó parar operaciones por razones de seguridad. Las necesidades de nuestras familias cambiaron de un día para otro. Era urgente adaptarnos para acompañarlas en la convivencia en casa con una persona con autismo en cuarentena y así garantizar su calidad de vida. Una necesidad para la cual no estábamos ni organizados ni preparados.
Y fue así como todos nos enfocamos en descubrir destrezas en forma creativa, retando todos los paradigmas para dar respuesta al cómo seguir apoyando y acompañando. Hoy contamos con 12 servicios en cuatro áreas de atención, una de ellas, convivencia familiar. De estos servicios, tres son nuevos, y los otros son ofrecidos en esquemas híbridos, presencial con medidas de bioseguridad y/o en forma remota.
Nuestros profesionales se han organizado diferente y han renovado su forma de vincularse con las personas con autismo y sus familias. Nuestros padres adoptaron nuevos esquemas de vida, y obtuvieron más herramientas para su día a día con una persona con autismo. Nuestros donantes, se mostraron solidarios y empáticos con lo que estábamos viviendo. Y nuestras personas con autismo – que Dios los bendiga – nos acompañaron a innovar.
2021 nos enseñó cómo ayudar más y a más personas sin comprometer la sustentabilidad de la institución, y nos reafirmó el impacto del trabajo conjunto casa/escuela. Somos todos más sensibles y conscientes del rol de cada uno en nuestra comunidad. Y, sobre todo, lo logrado nos ha inspirado a todos a seguir adelante, con ahínco y determinación.
Como madre, solo puedo dar las gracias por haber tenido a toda la comunidad de Autismo en Voz Alta a mi lado, velando por la calidad de vida de mi familia y mi hija Cristina en estos tiempos tan retadores para todos, y en especial para las personas con autismo. Como profesional, qué grato es confirmar que la calidad humana prevalece y que, gracias a toda nuestra comunidad comenzamos el 2022 fortalecidos y llenos de energía,
Somos muy afortunadosGracias, mil gracias
Isabella
